Blanca

Después de despertar me di cuenta de que había despertado de nuevo, que de algo en mí había despertado de nuevo. No sabría decir con precisión qué fue lo que sucedió, qué fue lo que despertó, qué fue lo que detonó. Pero algo fue. Siguiendo la rutina diaria, me di cuenta de que había algo diferente en mí. Una comezón emocional, como un gusano que se abre espacio lentamente sabedor de que algo le espera, de seguro, al final de esa barrera de tierra que se mueve tras de sí luego de cada milímetro avanzado. Es como si hubiese nacido de nuevo, aunque no tanto, fue sólo como salir de un sueño, o despertar de nuevo luego de haber estado flotando en la nada, en un limbo, en una especie vacío emocional, sentimental, pasional.

Y de repente el sentimiento de vida se disipa un poco, me distraigo , mi alma pierde de nuevo el rumbo, o no sabe a dónde va, para qué va, cómo va. El camino que se traza durante cada segundo de la existencia no es el mismo si es de flores o de concreto, si es de agua o de fuego, si es en el aire o bajo el agua, en medio de un campo de flores o al borde de un abismo. Pueden ser todos estos mezclados también. Mi camino tiene un poco de todos. Como he dicho antes, soy partes; y cada parte tiene un camino, un destino. Y cómo me cuesta conciliar todas esas partes. Es que hay unas de las que me avergüenzo, me sonrojo al pensarlas, y siento que esas partes me hacen ser una mala persona, mala para lo que quiero ser. Ahora salto, me convierto en otra, dejo a un lado lo sucio, lo oscuro, lo perverso, lo prohibido, lo que quisiera esconder por siempre. Pero mi alma se estremece de sólo pensar que alguien pudiere entrar en esa secretísima parte de mí, escondida al resto del mundo. Seguro piensa ud. que debería olvidar y a dejar atrás. Viene la contraparte: lo disfruto. Hay gozo al saber que hay un pedazo de mi alma que me pertenece sólo a mí, a la que nadie tendrá acceso nunca más. ¿Nunca más? ¿Quién ha entrado ya ahí? No lo sé. Yo. Alguien sin saberlo. Alguna vez en que quizás confesé algo en una noche de placeres bajos, con bebidas espirituosas. Comienza a salir de un hueco secreto el Miedo. El Miedo a ser descubierta, y no sólo a ser descubierta sino más bien a ser juzgada debido a un par de detalles fuertes, pesados, oscuros y alejados de todo el resto que soy. De lo que realmente soy. Blanca.

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